martes, 7 de febrero de 2012

El turno de 7 de la noche

Tengo que ir a mi casa pensé aquel viernes, ya es tarde, no importa, me voy en el último turno, solo tengo que escaparme de la universidad y ya….
Ese día agarre mis maletas, cogí taxi, ya era tarde, el último turno partía  a las 7 de la noche, ya era 7 y 5, no alcanzo???… si alcancé… que raro siempre sale antes, además había poca gente, el destino me tenía algo para mí que nunca iba a olvidar….
Recuerdo todo, iba sentado en el asiento 13 de la fila del chofer, no más de 8 personas ocupaban el bus, mas adelante, 40 minutos de viaje, una pasajera sube, vaya, pensé que hace por acá, todo era desolado no había casas por allí, no le di importancia, lo que me llamaba la atención era su vestimenta, falda larga y negra con botas negras y puntiagudas, parece bruja dije riéndome para mis adentros, era linda y muy delgada con su rostro pálido, subió y se sentó a en el asiento de al lado, donde iba sentado.
Un sueño profundo invadió el bus, todos dormían, menos yo y aquella dama que tenía las manos sobre las rodillas y la mirada fija hacia adelante, parecía que dormía también, pero, sus ojos estaban abiertos…. No le di importancia pero estaba intranquilo con esa presencia y  seguí escuchando mi música, hasta que llegamos a la primera parada un poco más de las 9 pm, todos bajamos cuando gire ella estaba a mi lado con una vos entrecortada me dijo “TENGO MIEDO EL BUS ESTA FALLANDO Y NO QUIERO QUE NOS VOLQUEMOS MAS ADELANTE” y luego se marcho, quien eres pensé, ahora si estaba asustado con ganas de quedarme en ese lugar y no volver a subir al bus, como sabes que el bus estaba fallando , acaso eres una mensajera de la desgracia o quizá quieres evitar un accidente, quien te envía a darnos esa noticia.
El bus prendió de nuevo, que hago entonces, si eres la muerte entonces no puedo hacer nada. Me subí de nuevo en mi mismo asiento, sin dejarla de ver con el rabillo del ojo cada movimiento que hacía, un frio invadía el bus en ese momento, quería entablar una conversación pero no me salían las palabras.
Con mucho esfuerzo lograba respirar, pasamos todo el camino, el viaje más largo de mi vida, no pasó nada, porque…  acaso sentiste compasión de nosotros o que es lo que tienes para mí. Llegue a mi destino, no podía creer lo que me había pasado, baje del bus, y sentí una mirada penetrante que me seguía, camine a paso acelerado y cada vez más intensa la mirada, podía sentirle caminar atrás mío, que quieres conmigo ya me abrumaste con tu presencia y ahora me sigues hasta mi casa…. Y no fue solo hasta llegar a mi hogar donde todo desapareció…
Luego de un tiempo llegue a escuchar relatos sobre la misma mujer que se subía en los buses de ese recorrido, y de la misma manera abrumar a un desafortunado pasajero,,, desde ese entonces no he vuelto a viajar en el turno de la 7 de la noche.

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